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Serie: El Libros de los Libros
La fuente de la juventud es una leyenda que ha fascinado a la humanidad durante siglos, prometiendo la posibilidad de rejuvenecer a quienes beban o se bañen en sus aguas. Esta historia ha aparecido en diversas culturas y épocas, adoptando diferentes formas y contextos. Desde sus orígenes antiguos, una de las primeras menciones de una fuente con propiedades rejuvenecedoras se encuentra en la mitología griega, en los relatos sobre el Jardín de las Hespérides, donde manzanas doradas conferían inmortalidad.
La fuente de la juventud no solo representa el deseo de vivir eternamente, sino también la búsqueda de la renovación y la esperanza. A nivel simbólico, puede interpretarse como una metáfora de la eterna búsqueda humana de la felicidad, la salud y la inmortalidad. Dejando atrás las fábulas y leyendas en cuanto a la fuente de la juventud. Hay para el mundo una fuente, un manantial que muestra una senda hacia la inmortalidad y el bienestar.
Durante el mes de agosto, mes de la Biblia, conoceremos algunos conceptos y alcances de la Palabra de Dios en la humanidad.
Principio Bíblico: La Palabra de Dios es capaz de cambiar el estado de muerte a vida
Hebreos 4:12BLP
En efecto, la palabra de Dios es fuente de vida y de eficacia; es más cortante que espada de dos filos y penetra hasta dividir lo que el ser humano tiene de más íntimo, hasta llegar a lo más profundo de su ser, poniendo al descubierto los más secretos pensamientos e intenciones.
De la muerte a la vida “Hace tiempo ustedes estaban espiritualmente muertos a causa de sus pecados y sus ofensas contra Dios. 2Antes vivían pecando, igual que todo el mundo, y se dejaban guiar por el que gobierna las fuerzas de maldad que están en el aire y que todavía actúa por medio de los que desobedecen a Dios. 12Recuerden que ustedes no tenían a Cristo: no eran ciudadanos de Israel. No tenían nada que ver con los pactos ni con las promesas de Dios. Ustedes vivían sin Dios en el mundo y sin ninguna esperanza. 13Pero ahora, unidos a Cristo ya no están lejos de Dios porque la muerte de Cristo los acercó a Dios.
Efesios 2:1-2; 12-13PDT
La Palabra de Dios nos ha ido llevando de la muerte a la vida.
El concepto “viva”, que aparece en la carta a los Hebreos 4:12 habla, no de una vida bajo el griego BIOS una vida biológica, sino que usa el término griego ZOÉ una vida en el espíritu humano que hace posible tener una comunión adecuada con Dios.
Es interesante considerar la historia de Israel en los escritos del A.T., como Dios llamó a un hombre en Génesis 12 llamado Abram, trató con él y con su descendencia, iniciando con su hijo Isaac, luego con su nieto Jacob al Dios le cambió el nombre a Israel en Génesis 35, éste tuvo 12 hijos que se convirtieron en los Patriarcas de cada una de las Tribus de Israel. Uno de ellos, José fue vendido y creció en Egipto hasta llegar a ser uno de los más importantes en la nación, a tal punto que le preservó la vida a Israel y a todos sus descendientes en la nación egipcia en un período de calamidad.
El pueblo de Israel fue esclavizado alrededor de 430 años en Egipto, hasta que Dios levantó a dos libertadores, Moisés y Josué, para conquistar su tierra y habitar en ella. Se levantaron luego alrededor de trece Jueces para liberarlos de la esclavitud de otros pueblos hasta que inicio la época de los reyes y profetas.
Desafortunadamente, el pueblo de Israel ya habitando de regreso en su tierra, fue desterrado debido a su infidelidad, una infidelidad de la que habla el profeta Ezequiel.
Ezequiel 16:1-6NTV
Después recibí otro mensaje del Señor: 2«Hijo de hombre, enfrenta a Jerusalén con sus pecados detestables. 3Dale este mensaje de parte del Señor Soberano: ¡No eres más que una cananea! Tu padre era amorreo y tu madre hitita. 4El día en que naciste, nadie se preocupó por ti. No te cortaron el cordón umbilical ni te lavaron ni te frotaron con sal ni te envolvieron en pañales. 5Nadie puso el más mínimo interés en ti; nadie tuvo compasión de ti ni te cuidó. El día de tu nacimiento, no fuiste deseada; te arrojaron en el campo y te abandonaron para que murieras». 6Sin embargo, llegué yo y te vi ahí, pataleando indefensa en tu propia sangre. Mientras estabas allí tirada dije: ¡Vive!.
En el libro de Ezequiel se hace una comparación de Judá con los cananeos reconocidos por ser malos y despreciables, sin embargo, Dios se preocupó y amó a su pueblo, usó una descripción clara para mostrar los comienzos humildes y pobres de Israel, odiada desde el nacimiento, si no fuera por el cuidado de Dios y el pacto que hizo con Abraham, definitivamente habrían perecido. Dios les llevó de una muerte segura a VIDA física y espiritual.
Es importante reconocer que cuando nos sentimos despreciados, olvidados, sin importancia, Dios nos ve con compasión, se interesa en nosotros. Somos invitados a no abandonar y no olvidar de donde Dios nos levantó y cómo nos transformó de muerte a vida, no somos de este mundo, por esa razón puso su palabra que da vida en nuestras manos para compartirla cada día más.
Consejos Prácticos:
Deuteronomio 4:10RVC
Aquel día que estuviste delante del Señor tu Dios en Horeb, el Señor me dijo: Reúne al pueblo, para que yo les haga oír mis palabras. Las aprenderán, para que me teman todos los días que vivan sobre la tierra, y para que las enseñen a sus hijos.
Escucha (SHEMÁ), ¡Israel! El SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR es uno.
Es conocido el Shemá, es la palabra hebrea que inicia la oración más importante del judaísmo. Interesantemente el Shemá es una acción: OYE, ESCUCHA, PRESTAR ATENCIÓN. Está debería de ser la primera acción de todo creyente.
Es indispensable que aprendamos a escuchar la voz de Dios y qué quiere decirnos en su palabra.
Dios nos manda a ESCUCHAR, a meditar en ella y aplicarla en nuestro diario vivir. Nuestra fe madurará conforme identifiquemos qué quiere Dios de nosotros: Obediencia.
Con la palabra en nuestras manos, pidamos que nos guíe en entendimiento, si aplicamos la escucha obediente a lo que quiere enseñarnos, tendremos con seguridad una fuente inagotable de sabiduría a la que podemos recurrir en cualquier momento.
Hace sentido que Juan es movido por el Espíritu Santo a replicar una misma palabra a cada una de las 7 iglesias del Apocalipsis:
Apocalipsis 2:7
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Evidentemente, no habla de un oído natural, sino de un oído espiritual habilitado.
Números 15:31NBLA
Porque ha despreciado la palabra del Señor, y ha quebrantado Su mandamiento, esa persona será enteramente exterminada; su culpa caerá sobre ella.
Números 15 presenta algunas de las leyes acerca de las ofrendas. A partir del v.30 argumenta que “(NTV) Aquellos que descaradamente violen la voluntad del Señor, sean israelitas de nacimiento o extranjeros, blasfeman contra el Señor y deben ser excluidos de la comunidad. 31Puesto que trataron la palabra del Señor con desdén y desobedecieron su mandato de manera deliberada, deben ser completamente excluidos y sufrirán el castigo por su pecado».
El pueblo de Israel tuvo en poco la palabra del Señor, la trataron con desdén, con indiferencia y es claro el castigo que cayó sobre aquel pueblo. Israel fue liberado, reivindicado, sumando todo lo que Pablo argumenta en 1 Corintios 10, fue guiado por una nube, caminó a través del mar, fue bautizado, todos tomaron los mismos alimentos espirituales, pero Dios no se agradó de la mayoría de ellos, y su destino fue marcado, sus cuerpos quedaron postrados en el desierto.
La iglesia de hoy debe de aprender del ejemplo de Israel, fue un pueblo que lo tuvo todo, pero no supieron darle la importancia debida, ni a Dios, ni a su palabra.
Deuteronomio 6:4PDT
Podría ser similar a aquella persona que se le es dejada una considerable herencia para vivir en este mundo sin ningún problema material, pero decide, de forma un tanto absurda… despreciar las palabras que están escritas en un testamento que le acreditan como beneficiario.
¿Qué lugar tiene la Palabra de Dios en nuestra vida? ¿Qué tanto aparecerá la Biblia en nuestra agenda semanal?
No caigamos en la maldición de Óseas 4:6
(NBV) “Mi pueblo es destruido porque no me conoce a mí, perece por no seguir mis instrucciones, y es todo por culpa de ustedes, sacerdotes, pues ustedes mismos han rehusado conocerme; por lo tanto, yo rehúso reconocerlos como mis sacerdotes. Siendo que han olvidado mis instrucciones, yo me olvidaré de bendecir a tus hijos”.
1 Pedro 1:23NBLA
Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Juan 6:63RVC El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha.
Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.
Todos tenemos una constante necesidad física de ser saciados, no podemos vivir sedientos, tenemos que tomar el hábito de beber agua. Nuestro peso corporal está formado de un 70% de agua. Dependemos del agua para sobrevivir, es interesante saber que cuando tenemos sed, lo único que nos sacia la sed es el agua, no son los jugos, ni la Coca Cola bien fría, sólo el agua.
De la misma manera nuestro espíritu requiere del agua para vivir. Cristo de forma única también se presenta en las Escrituras como esa fuente de vida que necesitamos. Somos invitados en todo momento a acercarnos a Jesucristo y beber.
Juan 4 nos habla de la mujer samaritana en el pozo de agua. Fue invitada a beber del agua con la que no tendría sed jamás, de tal forma nosotros somos invitados hoy si estamos secos delante de Dios, si nos estamos muriendo espiritualmente, a que nos acerquemos y dejemos que el agua de Cristo nos de vida.
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