Soy Bendición.

Por: Pastor Romeo Taracena.

Ser papa o ser mama es uno de los retos más exigentes en la vida del ser humano, Cuando el hijo honra con todo lo que tiene a sus padres, obedece el primer mandamiento con promesa, Dios le recompensa en grande.

Cuando nos honramos mutuamente como familia, los hijos a los padres, los padres a los hijos, las parejas entre ellas, teniendo una vida honrando a Dios y a la familia seremos una familia ¡INQUEBRANTABLE!

Un principio muy importante es que “Honrar a nuestros padres asegura gran bendición y larga vida”

Honrar a los padres significa amarlos, respetarlos, teniendo cuidado de no causarles dolor y ser agradecidos por todo el amor que nos han dado. La Palabra de Dios dice.

2«Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— 3 para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra»

Efesios 6: 2-3

Te comparto unos consejos prácticos que nos ayudarán a ser de bendición.

1- La Honra es Intencional.

Seamos intencionales en buscar maneras de honrar a Dios y a nuestro prójimo y veremos todo lo bueno que llega a nuestra vida como resultado.

10 Por ejemplo, Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre” y: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte” 11 Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decirle a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera haberte dado es corbán” (es decir, ofrenda dedicada a Dios).

Mateo 7:10

2- Siembre bien y cosechará bien.

Tu cosechas lo que siembras, una buena siembra trae siempre buenos resultados. Esfuérzate para recibir grandes proezas y promesas que Dios ha dado a tu vida. En el libro de Gálatas el versículo clave.

7No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.

Gálatas 7:6

3- La Honra es Individual.

No necesitas esperar que alguien te pida que le honres, tú lo puedes hacer porque recuerda que la honra es individual. Cuantas bendiciones perdemos por no honrar como nos dice la Palabra de Dios, es tiempo de tomar una buena actitud de obediencia y agradar a Dios.

26Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo. 27Luego dijo al discípulo: —Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.

Juan 19: 26-27

¡Que Dios te bendiga!

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