Por: Pastora Mirna Taracena.
Alguien que te dijo que te amaba como tu mejor amigo, quizás el patrón o un compañero que te prometió lealtad, fidelidad y cuando tú menos lo esperabas te dio la espalda y te metió la daga por la espalda, te traicionó.
Crecí escuchando música de despecho, música ranchera y ahora entiendo por qué esta música ha tenido tanto auge entre el pueblo, porque en realidad nos hablan y tocan las fibras de nuestra alma con letras como por ejemplo: para que quiero ya la vida si me has traicionado o por ese bendito amor, porque en realidad cuando un ser humano es traicionado es una de las experiencias más dolorosas que puede tener en su vida.
El famoso psicólogo Abraham Maslow, el creador de la pirámide de Maslow, dice que nosotros como seres humanos necesitamos sentirnos amados para poder sentirnos realizados, si damos amor queremos recibir amor con esa misma intensidad, queremos que nos llamen y que nos digan: ¡me encanta pasar tiempo contigo!, en esa misma intensidad que nosotros amamos, y cuando nos traicionan es una daga fuerte que recibimos de un golpe bajo a nuestro corazón.
Dios es un Dios que no sabe traicionar, es un Dios fiel y verdadero, que va a estar contigo siempre con sus brazos extendidos, dándote el amor que tú esperas recibir. Toda la vida el Señor va a estar cerca de ti, el Señor va a estar amándote constantemente, dice el libro de Cantares: hay alguien que ama mi alma, el que ama mi alma se llama Jesucristo mismo queriendo amarme.
Dios no tiene amor, Él mismo es amor, como decir el ser humano no tiene protoplasma, el ser humano está constituido de protoplasma, o como decir un árbol no tiene madera, un árbol es madera. Dios mismo es amor y así como Dios es amor y está constantemente amándote, llamándote a pesar de nuestras rebeliones y nuestras infidelidades, así Dios quiere que nosotros podamos darle en retorno ese mismo amor.
Estaba leyendo el libro de Jeremías, y ahora entiendo porque a Jeremías se le llama el profeta llorón, en realidad no se le llama así porque fuera un hombre llorón, sino porque Él estaba alineado con el corazón de Dios y cuando Él veía como Dios amaba al pueblo y como el pueblo le volteaba la espalda al Señor y lo traicionaba, Jeremías lloraba porque entendía el corazón contrastado de Dios y Dios le da una palabra a Jeremías en el capitulo 2:2-8:
“La Palabra del Señor Vino a mí ,dice Jeremías, ve y proclama a oídos de Jerusalén, así dice el Señor, recuerdo el amor de tu juventud, tu cariño de novia cuando me seguías por el desierto por tierras no cultivadas, en esos días tú estabas consagrada a mí, que de malo encontraste en mí, que te alejaste de mí, dice el Señor , te fuiste tras Dioses que no son nada y en nada te convertiste en ellos mismos no te preocupaste por buscarme a mí, que te saque de Egipto, de esclavitud, que te guié por el desierto, por tierra seca llena de barrancos, tierras sin agua llena de peligros, tierra donde nadie vive, por donde nadie pasa, pero yo, dice el Señor te traje a esta tierra fértil para que comieras de sus frutos y de sus mejores productos y me has traicionado”.
Imagínate el corazón del Señor amando constantemente sacando de esclavitud, dando provisión, llevando a una tierra fértil y el pueblo lo único que hacía era irse tras otros dioses y adorarlos, traicionar el amor tan grande y sublime de un Dios majestuoso que está listo para volverte amar nuevamente una y otra y otra y otra vez. Te imaginas esa traición tan dolorosa que nosotros como seres humanos podemos darle a Dios, te imaginas como el Señor se puede sentir cuando te ama constantemente, cuando te provee, cuando te consciente, cuando te da oportunidades, cuando te da lo que tú corazón desea y lo único que tú haces es voltearle la espalda e irte.
Estás cosas que a Él no le agradan, que lo hacen sentir triste; Yo me recuerdo una alabanza de Stanislao Marino que cantaba en los 90, y decía: piensa lo triste que ha de sentirse el Señor cuando te alejas de Él, cuando Él solo quiere hacerte feliz, cuando tú no quieres oír su voz, cuando en pecado siempre estás, piensa en lo triste que ha de sentirse el Señor.
Me conmueve el corazón estas palabras que Dios le dice a Jeremías porque le pregunta: ¿qué de malo encontraste en mi?, que te alejaste de mi, si Dios estuviera aquí hoy y pudiera hablarle directamente, sentarse cara a cara y frente a usted y preguntarle ¿qué de malo te hice yo? para que me voltearas la espalda, para que me dejaras de amar, para que ya no me ames con la misma intensidad que una vez lo hacías, recuerdo dice, aquí el amor de tu juventud, tu cariño de novia cuando me seguían a todas partes. Se recuerda antes cuando lo amaba, con ese amor que estaba dispuesto a hacer lo que Él le dijera, cuando pasaba noches enteras en su recámara, quizá en su soledad o días completos al abandono, derramando su corazón hacia Él, ¿qué de malo le ha hecho el Señor? para que ahora su amor se haya enfriado.
Apocalipsis, allá en el famoso versículo, cuando el Señor le habla a las iglesias, le dice: tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Y me encanta una de las versiones porque dice: Tengo contra ti que ya no me amas como antes.
Si Dios estuviera aquí hoy le preguntará ¿qué de malo has encontrado en mí? que me dejaste de amar con la misma intensidad, ¿tendría una respuesta para darle? La traición es terrible y usted que la ha experimentado, sabe como Dios se siente cuando nosotros que somos infieles y le traicionamos, el mismo Jesús cuando estuvo aquí en la tierra fue traicionado, dentro de su círculo de amigos tuvo un grupo de personas que estuvieron con Él, cerca de Él que anduvieron de arriba para abajo, que en realidad Él les llamó sus amigos y uno de ellos, que usted sabe de quién estoy hablando, se ha convertido en la traición, posterior como el traidor por antonomasia y es Judas, por sobrenombre Iscariote.
Judas Iscariote tuvo la oportunidad de ser transformado por Jesús, sin embargo lo traicionó y leyendo el libro de Mateo, en el versículo 50 cuando Judas va con una multitud al monte donde estaba Jesús a traicionarlo, justo ahí en ese momento cuando Judas besa al Maestro, para que lo llevaran al matadero, el Señor le hace una pregunta que ha conmovido todo mi ser y que si Él estuviera aquí en este momento y se la hiciera, me encantaría que usted pudiera responderle al Señor, le dice en el versículo 50
“amigo ¿a qué vienes?, ¿a qué vienes? A amarme o traicionarme.
Amigo a qué vienes, sí el Señor le preguntará esta mañana también ¿a qué vienes? a amarme o a traicionarme, cómo está su amor por Dios, con qué intensidad ama usted al Maestro, lo ama tanto como cuando estaba en sus primeros días que anhelaba estar con Él, ¿ha menguado su amor?
Recuerdo cuando estaban mis hijos pequeños, una vez tuvimos a un líder, que no era el mejor líder para nosotros, con mi esposo estábamos sufriendo bajo su liderazgo y un día sentados en la sala un poco tristes y conmovidos por lo que estábamos pasando bajo el liderazgo de esta persona, mi esposo me dijo unas palabras sabias y Él me dijo la vida es una escuela, de todo aprendemos y lo que yo estoy aprendiendo de este líder es como no ser un líder, yo no quiero ser como Él y estoy aprendiendo a cómo no ser un líder.
Déjeme darle algunos consejos de la vida de Judas, normalmente no lo ponemos como ejemplo, pero yo quiero ponerlo en esta oportunidad como ejemplo para usted, ¿Cómo no ser un traidor?:
En algún momento de mi caminar como pastora me ha tocado aconsejar a personas, y hace mucho tiempo aconseje a una mujer cuyo problema era que ella vivía en la misma casa con su esposo, dormían en la misma cama, comían en la misma mesa, vivían bajo el mismo techo, andaban en el mismo vehículo, pero no tenían comunicación, no se relacionaban, no se comunicaban, no se conocían.
El caso de Judas es exactamente el mismo, estaba tan cerca pero tan lejos del Señor. Judas vivió aproximadamente tres años y medio con el Señor, anduvo con Él, vio los milagros, estuvo presente cuando resucitó a Lázaro, a la hija de Jairo. Judas conoció de Él y lo que él hacía pero no lo conoció. En el libro de Mateo capítulo 12 versículo 3 hay un pasaje muy interesante que dice:
Entonces María la mujer que ungió a Jesús tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio y ungió a los pies de Jesús y los enjugo con sus cabellos y la casa se llenó del olor del perfume.
Imagínese la escena, Jesús en una casa pequeña con toda la gente, con sus discípulos, y llega una mujer con todo lo que tenía, en un frasco de alabastro con perfume, y lo que hizo fue que le ungió los pies a Jesús. Ella estaba dando lo mejor que tenía, su mejor adoración para el Rey, pero Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar, dijo: porque no fue este perfume vendido por trescientos denarios y dado a los pobres, si Judas hubiese conocido al Maestro, hubiese entendido que había un propósito mayor para este acto.
Cuando usted conoce al Señor, entiende que todo tiene un porqué, hay un propósito cuando usted conoce y se enamora del Maestro. Pero Judas no lo conocía, estuvo con Él, pero no lo conoció, quizá usted puede haber crecido en las bancas de la iglesia, quizá sepa todos los versículos de memoria, o quizás incluso hasta haya servido, pero no conoce al Señor, no está enamorado de Él. Yo creo que el Señor está hablando a su vida y quizás es momento en el que usted pueda voltearse nuevamente y dejar de darle la espalda al Señor y conocerlo.
¿Cómo lo va a conocer?, aprovechando cada momento, algunos de ustedes que me conocen saben que me encanta emparejar a las personas que están tristes y solas y que no tienen una pareja, y me gusta mucho porque yo he experimentado lo que es amar por más de 25 años he estado enamorada de mi esposo, hemos sido novios por ese tiempo y me gusta esa sensación de sentirme amada, de dar amor y ser correspondida, y quisiera que todos aquellos que no tienen a alguien pudieran encontrarlo y en varias ocasiones he visto alguna persona en soledad y digo esta persona tiene cualidades para esta otra y me atrevo a presentarlos y hacerles “el conecte como decimos en Guatemala” y hasta hoy ninguno me ha reclamado por esos conectes, pero lo único que yo puedo hacer es presentarlos, el trabajo de ellos ya es enamorarse, ellos tienen que poner su parte.
Yo puedo presentarle a Jesucristo, no puedo hacer que usted se enamore, puedo presentarlo, pero enamorarse de Él ya es su decisión, ¿cómo se enamora de Cristo?, pase tiempo con Él, es mi consejo para las personas que andan ahí con los novios, las personas que quieren enamorarse. Las parejas, los esposos, pasa tiempo con él, pasa tiempo con ella, busque la oportunidad de salir, de estar solos, de reír, de jugar, de hacer un hobby juntos. ¡Así pase tiempo con Dios!, Él quiere que usted le conozca.
El consejo número dos que yo tengo para usted y siempre de la vida de Judas es: aprovecha cada oportunidad, Judas tuvo oportunidades para estar con Cristo, tuvo oportunidades para sentarse y platicar con Él y abrirle su corazón, mire lo que dice ese mismo pasaje del capítulo 12 del libro de Juan, Judas dice
Porque no fue vendido este perfume por 300 denarios y dado a los pobres pero luego dice: pero dijo esto no porque se cuidará de los pobres sino que porque era ladrón y teniendo la bolsa sustraía de lo que echaba en ella.
Aproveche los privilegios que usted tiene, Judas era muy privilegiado, porque Jesús le había encomendado la bolsa del dinero, él era el contador, Judas entre los doce era el único que era de Judea, era el único judío, los otros eran galileos, el único el que no se menciona que tenía un pasado oscuro y difícil como por ejemplo Mateo o Simón el celote.
Judas no aprovechó los privilegios que Dios le había dado, como por ejemplo incluso hasta darle de comer en la misma boca, o sea Jesús estaba dándole todas las oportunidades, pero Judas no supo aprovechar esos privilegios, cada día Dios, a usted y a mí nos da privilegios para aprovecharlos, pero muchas veces no los aprovechamos, el solo hecho de levantarse, de abrir sus ojos, es una nueva oportunidad para que usted pueda enamorarte de Cristo, si usted en la noche se le va el sueño, es un privilegio para que usted lo aproveche para buscar a Dios, aproveche los privilegios que Dios le da, si tiene un talento, aproveche para ponerlo delante del Señor, si tiene una habilidad extraordinaria, no es para su propio beneficio, es para que usted lo pongas al servicio de Dios, para enamorarte más.
Consejo número tres de la vida de Judas, déjate moldear por Dios. Judas no quiso cambiar, tuvo la oportunidad de cambiar pero no quiso cambiar, si Judas hubiese obligado su voluntad al Señor, la historia hubiese sido diferente, mire lo que dice ahí en ese mismo pasaje
Judas dijo esto no porque se cuidara porque cuidara de los pobres porque le interesará a los pobres no Judas lo dijo porque era ladrón y teniendo la bolsa sustraía de lo que echaban en ella.
Déjese moldear por Dios, Judas no se dejó moldear, hubiese sido interesante si Judas hubiera llegado al Señor y lo hubiera dicho Jesús tengo un problema, soy ladrón, quiero cambiar. Déjese moldear por el Señor, deje que el alfarero le moldee como el barro, Él quiere moldear su vida porque tiene un plan y un propósito para para usted, no importa lo que haya hecho, el Señor quiere cambiar y transformar su vida, deje que el Señor le ame y le moldee.
Y por último, el último consejo que quiero dar: entregarle todo al Señor. Ame al Señor, no sea de los traicioneros, entréguele todo al Señor, cuando la mujer estaba quebrando el frasco de alabastro, Judas hubiese aprovechado la oportunidad para adorar al Señor, pero no lo hizo, sino que empezó a criticar y a pensar de manera contraria a lo que el Señor quería que pensara, porque no le había entregado toda duda, solo entregó una parte pero no entregó todo, qué tal si usted le entrega todo al Señor, Francisco de Asís el monje de la edad media del siglo 11 escribió algo tremendo que dice: Señor quiero ser un instrumento de tu paz, donde haya oscuridad quiero ser luz, donde haya tinieblas yo quiero llevar esa luz. Qué tal si le entrega todo al Señor. David conocía lo que era amar al Señor, le había entregado todo al Señor, en el capítulo 18 del libro de Salmos, estaba enamorado de su Señor, le levanta una oración y le dice:
Te amo Jehová, fortaleza mía, Jehová roca mía y castigo mío mi libertador, Dios mío fortaleza mía en ti confiaré mi escudo y la fuerza de mi salvación mi alto refugio.
David entendía cuando estaba en soledad, él buscaba al Señor cuando estaba allá, a lo lejos en la intimidad el buscaba al Señor. Hay una canción muy linda de Marcos Witt que cantaba hace mucho tiempo y dice adorarte quiero hoy, entregarte mi amor, llenarme del calor de tu presencia, amarte es mi placer, conocerte es mi querer, descansar en el saber que tú me amas, amarte más, conocerte más cada día.
La invitación para usted hoy, es a dejar la tibieza y amar más a Dios. Amigo ¿a qué vienes, a amarme o a traicionarme?. Como cuando hay frío en una noche y tiene la oportunidad de estar cerca de una hornilla de una fogata, de una chimenea y se acerca y se calienta de ese fuego, pero si se aleja se enfría, dé un paso más hacia ese amor absoluto que es el amor del Padre Celestial, Él le quiere amar, pero quiere que usted le sea correspondido, sí, quizás no es una prédica muy intelectual puede decir usted, pero va desde mi corazón para el suyo, porque el Señor quiere amarle y quiere que le sea correspondido.
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