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Estamos iniciando una nueva seríe llamada Amor en 4D, en esta oportunidad te presentamos la lectura de la prédica hablando del amor de Dios que es sin límites.
Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: 2¿Quién es ese que oscurece el consejoCon palabras sin sabiduría? 3Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás. 4¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. 5¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? 6¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, 7Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?
(Job 38:1-7)
Job pudo comprender el amor de Dios, fuera de la dimensión humana. Dios ha sido quien nos ha amado y quien ha dispuesto y expresado un amor completo para nosotros. Job tuvo que entender que el amor de Dios se expresa en todo lo que Dios ha hecho y hará en favor de nosotros sus creaturas. Es tan largo que alcanza a todas las familias de la tierra y hasta mil generaciones
¿Dónde puedo esconderme de tu espíritu? ¿Cómo podría huir de tu presencia? 8Si subiera yo a los cielos, allí estás tú; si me tendiera en el sepulcro, también estás allí. 9Si levantara el vuelo hacia el sol naciente, o si habitara en los confines del mar, 10aun allí tu mano me sostendría; ¡tu mano derecha no me soltaría! 11Si quisiera esconderme en las tinieblas, y que se hiciera noche la luz que me rodea, 12¡ni las tinieblas me esconderían de ti, pues para ti la noche es como el día! ¡Para ti son lo mismo las tinieblas y la luz!
(Salmo 139:7)
No podemos escapar a la mirada de nuestro Dios, tampoco hay lugar donde escondernos, su amor para nosotros está en todo momento y en toda situación. En todo lugar y en cada parte de nuestra vida. El amor de Dios está con nosotros en cada situación que vivimos, está con nuestros hijos, con nuestros nietos, bisnietos, El amor de Dios es pleno, nada hay que este fuera de su alcance.
“Yo estoy seguro de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la vida ni la muerte, ni los ángeles ni los espíritus, ni lo presente ni lo futuro, 39 ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
(Romanos 8:38)
No existe nada que pueda separarnos del amor de Dios. Dios construyó su perfecto amor en Jesucristo para que fuera completo, absolutamente pleno. Pablo le escribe a los romanos y deja radicalmente establecido que el amor de Dios está por encima, por debajo, a toda anchura y a toda longitud abrazándonos y sosteniéndonos.
A continuación unos consejos prácticos:
Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz. 16Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara. 17Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios. ¡No se pueden enumerar! 18Ni siquiera puedo contarlos; ¡suman más que los granos de la arena! Y cuando despierto, ¡todavía estás conmigo!
Salmos 139:15
Como cuando una novia recibe la propuesta de matrimonio, no ha conocido lo suficiente a quien le propone matrimonio, de hecho, conoce mejor y por más tiempo a sus padres y a su familia, pero se abandona en la aventura del amor prometido. Espera que su amado la cuide y le muestre todo el amor que promete. Dios Padre en Jesucristo nos ha mostrado la longitud de su amor. Somos la novia que espera ser amada en todo tiempo y en toda situación, no con un amor superficial, pero con un amor tan largo que sobrecoge cada área de nuestra vida.
Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos, 18con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos para ponerlos por obra.
Salmos 103:17NVI
Esa es otra gran bendición que nos trae el confiar en el amor de Dios. La longitud de su amor también llegará hasta nuestras generaciones venideras.
Nuestros hijos serán benditos, nuestros nietos serán benditos, nuestras generaciones tendrán abundancia de bendiciones y disfrutarán del amor de Dios como fruto de nuestra confianza en el amor de Dios.
Dios honra a quienes le honran, y Dios nos ha dado en Cristo un amor tan largo que aun los que no han nacido, en nuestras familias, ya tienen la bendición de Dios y experimentarán la longitud y la eternidad del amor de Dios.
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