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Cualquier persona que haya experimentado un episodio difícil, inesperado o incluso asolador en su vida buscará entender la voluntad de Dios y esperar obtener una explicación divina de lo que nos acontece ¿Por qué?. Uno de los atributos de Dios: la omnipotencia, nos revela que su voluntad es cumplida inevitablemente, incluso en medio de las oscuras pruebas que muchas veces nos toca vivir. Sin embargo Dios sencillamente nos ama y se interesa por nuestro bienestar, es por eso la importancia que podamos aceptar que debemos rendir nuestra voluntad limitada a la voluntad de Dios, que sin duda para los que le creemos es buena, agradable y perfecta. Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas,y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado.
«¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento?»
Job 42:2-3.
Entonces ¿Por qué no cedemos nuestra voluntad a nuestro Padre? Porque Él está interesado en nuestro bienestar, seguramente lo limitaríamos en un intento fallido de malas decisiones a cumplir con el propósito por el cual nos creó. Nuestra vida tiene un fin, confiemos en Él aunque no estemos seguros de que esta sucediendo. Fuimos creados para disfrutar una relación con Dios, cuanto más nos acercamos a su corazón, más entenderemos su voluntad para nuestras vidas, allí radica que seamos seres intencionales y que volvamos nuestra mirada a Dios.
»Dijiste: “Ahora escúchame, yo voy a hablar; yo te cuestionaré, y tú me responderás”. De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos
Job 42:4-5.
La voluntad de Dios aunque algunas veces duela, y no sea fácil, siempre será mejor. Muchas veces nos preguntamos ¿Cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas? Porque en medio del dolor nos sentimos abandonados, confundidos y sin esperanza. Jesús mismo en su humanidad tuvo temor, experimentó su angustia en el Monte Getsemaní, poco antes de su muerte en la cruz, hizo una corta oración diciendo:
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Lucas 22:42
y a pesar de su dolor en ese momento, cedió su voluntad a la del Padre, su fin fue hacer su voluntad con un propósito mayor: La redención de la humanidad. Dios aún no ha terminado su obra en nosotros y seguramente seguirá guiándonos a cumplir sus planes, bajo el entendimiento que no somos de este mundo y que fuimos creados para alabanza de su gloria, en obediencia y amor.
Visita: envivo.iglesiavida.gt
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