-
Recent Posts
- Vivifícame7 agosto, 2024
- ESPERANDO LO MEJOR PARA NUESTRAS VIDAS2 mayo, 2024
- TU PROCESO ES PARTE DE TU MILAGRO2 abril, 2024
- ¡Escuche la voz de Dios!6 noviembre, 2023
- Vivifícame
“Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de
ellos cuando abundan su grano y su mosto. En paz
me acostaré y así también dormiré; porque solo tú,
Señor, me haces habitar seguro.”
Salmos 4:7-8
Este Salmo en particular pudo haber sido escrito cuando David estaba pidiendo a sus enemigos que reconsideraran su apoyo a Absalón. Otros ven este Salmo como una oración que pide alivio de una calamidad.
A partir del verso 7 se contrastan dos clases de gozo:
No cabe duda que el gozo interno permanece estable mientras confiemos en Dios a pesar de las circunstancias. No se trata de abundancia de pan, sino de paz en el corazón del hombre.
La felicidad es imprevisible. El gozo interno que proviene de la seguridad en Cristo, derrota al desaliento, la felicidad solo lo cubre. El gozo interno es duradero, la felicidad es temporal.
El Rey David se convierte en una fotografía para nosotros, de manera espiritual, en un día precioso de sol veraniego y nos dice: “ALEGRÍA PUSISTE EN MI CORAZÓN”
En las estaciones de la vida, quizá te encuentres en medio de la alegría o bien, te encuentres en medio de situaciones difíciles. Tal como lo expresa el salmista:
“¡Oh Señor, cómo se han multiplicado mis
adversarios! Muchos se levantan contra mí.
Muchos dicen de mi: ‘Para él no hay salvación
en Dios.’ (Selah) Pero Tú, oh Señor, eres escudo
en derredor mío.
Salmo 3:1-3
Esto es como decir: No estoy en mi mejor momento, perdí mi empleo, tengo una crisis económica o matrimonial, se multiplicaron mis dolores, etc., pero al final, podemos decir como el salmista: Señor, eres escudo en derredor mío.
Viva agradecido en medio de todas las Estaciones de la vida.
“Daré gracias al Señor con todo mi corazón; Todas Tus
maravillas contaré. En Ti me alegraré y me regocijaré;
Cantaré alabanzas a Tu nombre, oh Altísimo”
Salmo 9:1-2.
Observe las estaciones del año como una metáfora que ejemplifica los diferentes momentos de nuestras vidas; podemos ver que cada circunstancia, cada etapa, cada período (por más interminable que parezca), tiene su razón de ser y un propósito para el Señor.
Así como en la vida de David, nuestras vidas también pasan por diferentes estaciones y cambios, no porque el Señor se acerque o se aleje de nosotros, sino por nuestras propias inclinaciones humanas.
Jesucristo nos demuestra que es el Señor de todas las estaciones de la vida humana. Su muerte parecía que traía consigo un permanente invierno lleno de oscuridad, pero Él resucitó de entre los muertos, esto nos trajo esperanza.
Somos testigos de que el invierno ha acabado porque nuestro buen Señor acabó con la muerte, la oscuridad, y la tempestad.
Confíe en el Señor, en su obra en la Cruz, viva en la luz y la vida primaveral que solo al lado de Jesús se puede vivir.
Como bien dijo Gustavo Adolfo Bécquer:
“¡Mientras haya en el mundo primavera, habrá poesía!”
Y mientras Dios sea quien gobierna tu vida, habrá esperanza.
Escríbenos
Comentarios de Facebook