Por: Pastor Romeo Taracena
Nuestro estudio estará hoy en Mateo 19:16-26 estamos avanzando en el libro de Mateo, yo siempre soy feliz de compartir tanta riqueza y dice la Escritura
16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
17 Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
25 Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible.
Cada vez que yo salgo de viaje corto o largo, siempre aseguro todos los detalles, no siempre, pero generalmente una noche antes preparo las cosas y ya quedan todas listas, siempre voy pensando que más me falta, ¿olvidaría algo? y si olvidé algo y cuando ya esté lejos me recuerdo y siempre me voy con ese sentimiento y confío en que ya lo hice una noche antes y que todo va en orden y generalmente no olvido cosas, aunque también ha sucedido algunas veces que si lo hago, siempre estoy pendiente de qué cosas más me faltan.
Y en nuestra lectura dice que vino uno, la Biblia también nos dice que era un muchacho, ¿quién era este hombre que busca a Jesús?, note esto, hay que verlo bien porque es muy importante, este joven busca a Jesús o sea éste se presenta ante Jesús, puede leer Marcos 10:21, dice que Jesucristo lo mira con un aprecio, lo ve y le dice con un rostro de afecto especial, es decir Jesucristo ya sabía a qué venía este muchacho, pero cuando se acerca, lo ve con un afecto porque lo ve con hambre, lo ve con sed, lo ve con necesidad de Dios.
Hace unos instantes, antes de esta historia Jesucristo había recibido a los fariseos, pero no los había recibido bien, los había recibido mal, les había dicho cosas fuertes, porque Jesucristo miraba el corazón, pero a este muchacho que era un hombre honorable, era un líder de aquel entonces, cuando viene este líder, este muchacho adinerado, con muchos bienes materiales, Jesucristo lo ve con un afecto especial porque tenía un corazón necesitado, porque aunque tenía comodidades y como decimos en Guatemala “estaba hecho”.
Este hombre tenía la vida asegurada, por favor note esté punto importantísimo en esta historia maravillosa, este era un excelente hombre, era una excelente persona, pero cuando se presenta con Jesús, él se presenta diciendo ¿Qué más me falta? mire qué interesante, un hombre que está hecho, que tiene las cosas que cualquiera hubiera querido tener y sin embargo busca a Jesús y se presenta ante Él, siento que estas cosas que tengo, lo material, las riquezas pues son buenas, pero algo me hace falta, ¿Qué más me falta?
Le cuento un poquito, los fariseos enseñaban que aquel que era próspero en el tiempo de Jesús, se enseñaban antes y también un poquito después, que el que era próspero materialmente, Dios lo estaba bendiciendo y entonces el tener la bendición de Dios era símbolo de riqueza y la enseñanza era ¡hazte rico para mostrarle al mundo que eres bendecido! por eso ellos se vestían con todo el glamour de aquel entonces.
El problema es que Dios no está solamente con los que son prósperos, Dios también está con el necesitado, Dios también está con el pobre, Dios está con el sano, pero también está con el enfermo, Dios está con todos nosotros, con aquellos que le buscamos, con un corazón humilde.
Ahora en el verso 18 Jesucristo le responde una pregunta, una inquietud en este mismo contexto, ¿Qué más me falta? y lo he cumplido todo y entonces en el verso 18 le pregunta ¿cuáles son? Jesús le responde con los seis mandamientos de la segunda tabla de la ley de los diez mandamientos, usted tiene que saber que habían dos tablas, una tabla que tenía en esencia cuatro mandamientos que tenían que ver con Dios, ¡Yo soy tu Dios! no tendrás otros dioses, no tendrás ídolos y no los adorarás; y luego venían los otros que tenían que ver con la relación con la gente, y Jesucristo no le habla de los primeros, le responde con los segundos bien.
Que interesante Jesús le responde así porque la primera tabla, por favor le ruego que ponga atención con esto, porque es precioso, en la primera tabla estaban los mandamientos que son la esencia de la vida para Dios, la esencia de reconocerle a Dios como el único Dios, de adorarle solo al Dios único y verdadero, de la relación con Dios estaba en los primeros cuatro, pero note que en la segunda tabla estaba la “evidencia” que yo ya tenía esa esencia en mi vida, es decir yo ya podía amar a la gente porque ya yo amaba a Dios, yo ya podía honrar a las personas porque yo ya honraba a Dios, yo ya podía servirle a las personas porque yo ya le servía a Dios y mire lo que dice 1ra de Juan 4:20 DHH
20 Si a alguno dice yo amo a Dios y al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso, pues si uno no ama a su hermano a quien sí ve, tampoco puede amar a Dios a quien no ve.
Entonces, el Señor Jesucristo estaba consciente, ¡ojo! de la búsqueda, de la sed y del corazón que este muchacho tenía porque quería conocer a Dios, pero había sido mal instruido por los fariseos del contexto religioso de aquel entonces, Jesucristo no se enfoca en la esencia que él ya tenía, pero en la evidencia que él necesitaba mostrar, por eso es importantísimo que usted y yo entendamos que el Señor Jesucristo siempre va a poner en un momento de nuestra vida el que nosotros tengamos que mostrar aquello que en realidad está en nuestro corazón, en Mateo 19:20-21 dice
20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Ahora, quisiera enfocar su atención hacia algo maravilloso, cuando el muchacho le pregunta ¿qué más me falta? Jesucristo le dice “si quieres ser perfecto entonces vas a hacer esto” pero note usted en estos versículos, 2 preguntas puntuales que este muchacho le hace a Jesús, Jesús no le responde autoritariamente, pero con qué calidad, con qué amable invitación le dice a este muchacho, “si quieres, si tú quieres” ¡así es nuestro Señor!, nadie está en el evangelio obligado.
Padre que me ve, madre qué tal vez le toca sola llevar adelante a sus hijos, el Evangelio no es a la fuerza, el evangelio no es obligatorio, en algún momento nos toca con nuestros hijos animarlos y llevarlos, y están en una edad en la que están siendo formados y nos toca llevarlos, empujarlos y exponerlos, pero hay un momento en la vida en la que los hijos crecen, los hijos toman sus decisiones y ellos deben sentir esa amable invitación a un cambio de vida como Jesucristo le está diciendo a este muchacho, este muchacho vino nada más y nada menos que ante Jesucristo y todavía Jesucristo viendo su necesidad, viendo su sed, viendo ese vacío en su corazón, todavía hace esa invitación tan amable y le dice “si quieres”
¡Qué Lindo! qué lindo vivir en esa libertad, por eso la Biblia dice que Jesucristo nos ha hecho verdaderamente libres, su verdad, Él es la verdad. Cuando usted si es líder que está leyendo, usted que es líder en su casa, como padre o como madre, o el hermano mayor, o dirige una empresa o una parte del personal de la empresa, usted que es líder, yo sé que hay momentos en los que uno tiene que dar la orden porque es una empresa, porque hay que hacer las cosas y punto, pero tratándose de seguir a Dios, ni el Señor Jesucristo, el Señor de Señores y Rey de Reyes, ni siquiera Él tuvo una voz autoritaria y obligatoria, sino que amablemente le dijo “si quieres” y dice Marcos 8:34 otra vez Jesucristo hablando y dice
34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame.
Y mire lo que dice Lucas 9:23 y decía a todos, ahora ya no es alguno, ahora es a todos, y dice
23 y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
¡Qué bendición!
Es claro que este hombre que vino con Jesucristo, este joven rico había estado cumpliendo los parámetros que le habían enseñado en los días de juventud, está claro que tenía una necesidad real, está claro que tenía sed de Dios y que estaba ahora frente a Jesucristo, el que le podía dar fuentes de agua viva para saciar su corazón, pero él insiste, mire, él había sido instruido, según él había cumplido todo, ahora estaba con Jesús, en una relación con Jesús y le dice ¿que más me falta?
¡Esto lo tenemos que aplaudir! porque sucede que algunos cristianos, no todos, algunos cristianos cuando vienen a Cristo, vinieron con una mano atrás y una delante, sin nada material, también vinieron destruidos en su alma, destruidos quizá en su matrimonio, destruidos quizá en su relación de familia y el Señor les restauró y les levantó.
Pero a veces nos falta esa pregunta, cuando ya estamos hechos, como decimos, cuando ya estamos prósperos, cuando nuestro matrimonio ya está estable, cuando nuestros hijos ya caminan en el camino del Señor, tal vez nos hace falta y por eso hay que aplaudirle a este muchacho, tal vez nos falta esa palabra, decirle al Señor ¿Qué más me falta? y esta es una pregunta para usted hoy ¿Qué más le falta a usted para caminar con Dios de una mejor manera?, de una relación a una relación más cercana.
Usted y yo sabemos perfectamente que ninguna cosa nos dará satisfacción plena, usted anhela un carro o una moto o una casa o un teléfono o lo que sea, cualquier cosa, una computadora, usted anhela y usted vive por eso y ora por eso y la recibe pero después de unos días usted y yo sabemos que el vacío no se llenó, que el vacío que a veces necesitamos para ser felices es solo Jesucristo en nuestro corazón, ningún ser humano llenará plenamente nuestras vidas.
Señoritas, jóvenes, su cónyuge en su momento o su novia nunca llenará su vida, solamente Dios, solo y únicamente la presencia de Dios, ¿que más nos falta? ¿qué más le faltaba a este hombre?
La primera cosa que el Señor Jesucristo le dice: lo que a ti te falta… te va la respuesta el muchacho muy atento… me imagino con todo su séquito, con todas la gente, las personas que les servían, que lo atendían, porque imagínense usted, qué vida tan cómoda, tan linda que todos les servían, solo chasqueaba los dedos y ya venía el servicio, pero la primera cosa que Jesucristo le dice es “vende todo lo que tienes, vende lo que tienes”
Sabe de qué se trataba el asunto, usted y yo lo sabemos, ¿sabe cuál era el punto de Jesús? es que estas cosas que este muchacho tenía eran su confianza y eran su dependencia como ser humano, él se sentía que podía seguir adelante y que podría hacer cosas incluso para Dios, porque tenía cosas y en el momento en el que él tuviese que vender las cosas se iba a quedar sin nada de que depender, nada en que confiar y eso no es fácil.
Para seguir a Jesucristo nosotros necesitamos depender de Él, como un niño recién nacido, que ni sabe pedir comida pero sus padres le proveen, no sabe pedir vestido pero sus padres le proveen, aquel que conoce a Jesucristo y que quiere seguirle ha de entender que debe deshacerse de todo aquello que le crea una falsa dependencia y una falsa confianza.
Este joven tenía muchas riquezas y lo hacían dependiente, ahora quizá usted no tiene muchas riquezas ojalá sí, ojalá usted sea bendecido y en mi oración que usted sea bendecido, pero quizá usted no tiene muchas riquezas, pero aún lo poco que tiene le da cierta seguridad, quizás su casa no es un palacio como podríamos decir en otra área de la ciudad, o en otro país.
Pero hasta donde usted vendería su casa si Dios se lo dijera para quedarse únicamente dependiente de Él, la verdad que ahí nos tocaron algo importante, porque es bonito decir “el rico” pero en realidad todos tenemos cosas, para el rico eran sus riquezas, pero para usted quizás es su casa, ¿estaría usted dispuesto a vender su casa?
Recuerda usted a Abraham cuando salió a hacer sacrificio, iba con su sirviente, iba con su hijo allá en Génesis 22:7-8
7 Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Antes de ofrecer a su hijo, él dijo ¡Dios proveerá! cuando iba a ofrecer a su hijo y Dios proveyó de manera milagrosa, entonces él dijo, este es un lugar que yo lo voy a llamar “Jehová proveerá, Dios dará”
Que tanto usted y yo somos como el joven rico, que cosas usted y yo tenemos, que quizás necesitamos presentar delante de Dios, si en algún momento Dios nos lo pidiera, hay muchos detalles que a veces la vida nos pide.
Pero la segunda cosa que el Señor Jesucristo le dice después de venderlas dice, darle a los pobres, ya cuando tengas la plata dáselo a los pobres; mientras yo oraba y le pedía al Señor la palabra para compartirla con usted, siendo mi anhelo que ésta sea una palabra que lo fortalezca, me vino un pensamiento muy interesante por los versículos y las cosas que estuve leyendo y se lo voy a leer literal, hablando de darlo a los pobres, la segunda cosa que tiene que hacer, la primera es venderlo todo para que yo sea quien te provea y tú dependas de mí al 100%.
La segunda es darlo a los pobres y el Señor me permitió registrar este pensamiento: “El banco celestial, el banco de Dios, recibe depósitos en sus agencias terrenales y generalmente quienes atienden son los pobres” yo se lo tengo que repetir el banco celestial el banco de Dios recibe depósitos en sus agencias terrenales y generalmente quienes atienden son pobres.
Es que este muchacho necesitaba dejar las riquezas materiales para buscar las celestiales, ¡ojo! aquel que se atreve a buscar las celestiales, Dios también le dará las materiales, porque esa es su promesa, “busca primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas las otras cosas os serán añadidas” NO lo estoy diciendo yo, NO es una frase cliché, NO es una frase trillada, ¡Es la promesa de Dios! y es que cuando tenemos que dar de lo que tenemos y de lo que significa para nosotros de mucho valor, entonces la verdadera escala de valores en nuestro corazón sale.
Cuando nos toca dar esos valores que están allá escondidos en nuestro corazón aparecen, en cuanto al dinero estará Dios como primer lugar en su vida, sabe que nosotros como pastores no podemos atornillar a la gente porque no es nuestro trabajo, pero usted sabe que nosotros como pastores oramos al Señor que ustedes sean prósperos entendiendo que cuando se le da a Dios lo primero, Él va a derramar su bendición.
¿Será Dios el primero en su vida?, ¿serán los pobres o los necesitados las personas que necesitan una ayuda, los segundos en su escala de valores?, porque amado hermano Dios nos ha bendecido para ser bendición, somos bendecidos para bendecir.
Hace algunos días una persona me compartía que estaba intentando hacer un trámite para comprarse una propiedad y cuando le preguntaron la edad, le dijeron, usted ya sólo califica para tantos años, ya no tiene mucho tiempo, si quiere entrar al negocio tiene que aceptar el crédito a tantos años porque a treinta y a veinticinco usted ya no califica, porque seguramente usted ya no va a llegar a esa edad y entonces no lo va a pagar.
Mire que interesante, a veces nosotros nos aferramos a las cosas materiales que se quedarán aquí, en vez de poner nuestra mirada en el banco celestial, en el banco que está en el cielo, que nos bendice allá y que nos bendice acá.
¿Cuántos años le quedan a usted para vivir en su casa? Proverbios 19 17 dice
17 A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar.
A Jehová presta el que da al pobre, este joven estaba siendo sacudido, primero depende de Dios, luego ocúpate de las riquezas celestiales, no de las terrenales; lo mató, el hombre se murió y es que hay un problema, el mayor reto es pasar de dueño a ser administrador, cuando usted y yo entendemos que todas las cosas, incluso nuestro cónyuge, incluso nuestros hijos, incluso nuestros padres, nosotros no somos dueños, somos administradores de las bondades de Dios en nuestra vida; nos cambia.
Le cuento en confianza, cuando yo compro cosas con dinero de la Iglesia, yo me siento tan bien, porque yo siento que estoy gastando el dinero que no es mío y cuando yo siento que uno no puede aferrarse a cosas porque este es un proceso, yo no soy dueño de nada. ¿Usted es dueño de algo? no sé, yo diría que no, porque nuestra vida misma no nos pertenece, sino a Dios.
El reto para este muchacho fue el golpe bajo, fue pasar de ser el dueño y señor de sus riquezas materiales a ser el administrador, porque ahora el dueño iba a ser Jesús y Jesús le estaba diciendo vende lo que tienes y luego la plata da a los pobres, entonces les estaba convirtiendo ya no en dueño, pero en administrador, que fuerte. EL MAYOR RETO ES PASAR DE DUEÑO A ADMINISTRADOR
¡Qué privilegio! ¡Qué privilegio!
No sé qué puesto hubiera tenido este muchacho, porque si había hecho mucho dinero, estoy seguro que era un excelente administrador, que era un excelente vendedor, que hacía las cosas con excelencia, que tenía un control de calidad, a ¿dónde hubiera llegado este joven dentro del equipo de discípulos de Jesucristo?, no estoy diciendo necesariamente que hubiera sido uno de los doce, no sé, no le puedo decir.
Pero lo que sí le puedo decir, es que este muchacho hubiera quizás, llegado a ser de los más importantes a la par de Jesús, porque era un tipo que sabía hacer negocios, que sabía hacer riquezas y Jesucristo le dio el honor y le dijo “sígueme, ven conmigo” ya que no tengas tropiezo, sigue conmigo.
Cuando decidimos seguir a algo o alguien necesariamente por sentido común, tenemos que dejar algo, se lo repito, cuando seguimos a alguien o algo en la acción de seguir necesariamente tenemos que dejar algo, cuando usted sigue a su cónyuge en aquel día en el que se casó, al seguir a su cónyuge necesariamente dejó a su familia y Jesucristo por eso con qué amabilidad le dice “si quieres” porque seguir a Jesús significa dejar cosas y para este joven significaba dejar sus riquezas para poderlo seguir a Él, debía dejar su status, su estilo de vida.
Ahora sin embargo no todos estamos apegados al dinero, conozco muchas personas que no le tienen pena el dinero, no son aprensivos al dinero, eso no les afecta y Dios les bendice porque ese es un principio de siembra y cosecha.
A mí el dinero no me preocupa, gracias a Dios el Señor me curo desde los principios del ministerio, me enseñó que es un recurso y que es de Él, entonces a mí el dinero no me preocupa. Quizá usted es igual, el dinero a usted no le preocupa.
Pero qué tal la fama, hay personas que no dejan la fama, quieren ser famosos y no estamos hablando solamente en nuestro contexto, estamos hablando de personas que a veces son invitadas por Jesús a través del evangelio, pero la fama es tan fuerte que se llena tanto sus corazones que no dejan la fama, el reconocimiento público. Hay personas que si no se les reconoce públicamente dejan a Jesús, porque hay una necesidad de reconocimiento público, que tal el honor hacia usted, sino no va a seguir a Jesús.
A mí me da mucha alegría este tema, porque sé que usted es como yo, somos gente que como Pablo decía, sabemos vivir en diferentes etapas y con diferentes gente, yo estoy en lugares a veces donde yo estoy sirviendo las mesas, estoy agarrando una escoba, estoy jalando sillas, pero hay lugares donde me dan el honor y qué bueno que uno puede saber manejar las diferentes situaciones de la vida. Algunas personas dicen: es que servir es duro usted, eso de servirle a Dios, eso de seguir a Dios eso es difícil usted, uno ya no tiene vida el domingo, si el domingo es para dormir usted.
En Mateo 19:22 dice
22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
No sé si usted y yo quizá tendremos que escuchar una vez más en nuestro corazón “anda, vende lo que tienes, y darlo a los pobres, y tendrás tesoros en el cielo; y ven y sígueme” quizá el Señor Jesucristo nos está diciendo eso, ¿Por qué? porque si Abraham pudo dejar su tierra, su familia, su comida, su idioma y salir relativamente quebrado, pobre y vino a convertirse en el hombre más rico de su generación y del área donde Dios le levantó, pero cuando era tan próspero Dios coronó el hecho de haber dejado cosas y poner a Dios primero.
Eliseo dejo su herencia y sus riquezas para perseguir el llamado de Dios y Dios le honró, y Dios le levantó. Pablo dejó a un lado el ser llamado un doctor de la ley y el fariseo de fariseos para seguir el llamado y salir de su nación e ir con los gentiles a otra cultura, a otra comida, a predicar el nombre del Señor, Jesucristo mismo dejó su esplendor y su gloria para venir y cumplir la voluntad del Padre que fue a rescatarnos y amarnos.
¿Qué más me falta? preguntémonos ¿qué más me falta a mí, dejarlo todo y seguir a Jesús? ¿Negarnos a nosotros mismos y rendirnos a Él?, ¿depender de Él y de nadie más? Esta palabra yo se la quiero dejar a usted con esa santa invitación, con esa fraternal invitación, con esa amable invitación, ¿Qué más necesito yo, que más me falta en mi vida espiritual?
Deseo que el Señor haya hablado a su corazón.
Si usted no conoce a Jesucristo y quiere recibirle en su corazón como su Único y suficiente Salvador o se ha alejado de Él y anhela tener una vida de paz y en bendición, “Escribanos”. “Póngase en contacto con nosotros” Dios está siempre con los brazos abiertos para recibirle y brindarle ese amor incondicional y darle la paz que el mundo no podrá dar.
¡Dios le bendiga!
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