Por: Pastor Alfredo Casasola
Seguimos en nuestro estudio en el Evangelio de Mateo, un libro maravilloso que fue escrito para los israelitas y los judíos principalmente, pero nos deja grandes principios y lecciones.
Le pregunto ¿qué no podemos controlar? Tarjetas de crédito, préstamos en bancos, que han sido necesarios algunas veces por urgencias, pero ¿qué pasa cuando no tiene para cancelar?, los bancos no reciben prorrogas, ellos tienen un sistema establecido y en esta ocasión estudiaremos Mateo 18: 23-35, que dice:
Los dos deudores
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.
30 Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.
31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.
33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Amado hermano es muy hermoso e interesante este pasaje porque el Señor nos está llamando a tener misericordia, hay muchas cosas que pudiéramos nosotros sacar de estos versículos, pero el principio número es:
Jesús está contando cosas cotidianas para enseñar los principios del Reino de los Cielos, y un talento equivalía a doce mil seiscientos gramos de plata, pero un denario equivalía a cuatro gramos de plata nada más, y aquel hombre, dice que debía diez mil talentos, yo hice una pequeña suma de lo que debía el otro hombre y era apenas una libra de plata, lo que equivaldría hoy en día a tres mil quinientos a cuatro mil quetzales. Sin embargo el otro hombre lo que le debía al rey era 315 mil libras de plata, en su vida iba a poder pagar esa cantidad, y el rey dice que cuando este hombre le rogó para que lo perdonara, lo perdonó. Nosotros tenemos que aprender a dar misericordia, a compartir la misericordia que Jesús nos ha dado; Si decimos ¿qué nos cuesta controlar? Analicemos bien en esta pregunta, la misericordia es un regalo de Dios.
En Lamentaciones 3: 22-23 dice
22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.
Dios nos ha dado su misericordia cada día, ¿Le ha fallado usted al Señor? yo le he fallado al Señor muchísimas veces, sin embargo el Señor sigue teniendo misericordia de mí, sigue teniendo misericordia de usted; el problema es que a veces no venimos y rogamos, en la historia este hombre, el primero de los deudores rogó, clamó a su señor el rey y él tuvo misericordia, usted y yo tenemos que aprender a dar esa misma misericordia, porque de gracia hemos recibido.
Mateo 10: 8(b) dice
De gracia recibisteis, dad de gracia.
A veces olvidamos que hemos sido perdonados, que Dios tuvo misericordia de cada uno de nosotros. En el versículo 28, imagino la carga que tenía este hombre porque ya había sido condenado, había sido mandado a la cárcel, que se vendieran sus hijos, sus posesiones, su esposa, sin embargo el encuentra a las afueras de la calle a alguien que le debía solamente cien denarios, y un denario equivalía a un día de trabajo, sé que en cien días este hombre le hubiera podido pagar, sin embargo este hombre en su vida no le hubiera podido pagar al rey todo lo que debía. La biblia no relata porque se había endeudado de esa manera, pero Jesús estaba tratando de magnificar, de usar una hipérbole, que es exagerar el texto para demostrar lo que Dios puede hacer con cada uno de nosotros, sin embargo aquel hombre salió, dice la Biblia, y no le perdona la deuda y pidió que lo metieran a la cárcel, qué triste la actitud de aquel hombre, que actuó así con alguien que era su compañero, no era inferior a él.
En el libro de Efesios capítulo 4:32 dice
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Por eso el evangelio es así de maravilloso, y nos enseña a que lo que hemos recibido, hemos de dar a alguien más. Yo no sé quién le ha ofendido a usted, a mí me han ofendido y de muchas maneras, nos han lastimado, nos han herido, hemos lastimado y recibimos perdón y ¿porque a veces nosotros no queremos dar ese mismo perdón?, ¿porque a veces nosotros no queremos compartir ese perdón,? y decimos “no voy a perdonar” “que te perdone Dios”; ¡No! si Dios nos ha perdonado, ¿porque nosotros no podemos perdonar?
La Escritura en Mateo 6:12 dice
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Jesús nos enseña a orar, la salvación es por gracia, de alguna manera el perdón que recibimos de Dios está condicionado al perdón que nosotros también demos.
En lo personal no me gustan las injusticias y dice la Biblia en la misma lectura que vimos, cuando los demás consiervos, todos aquellos que estaban ahí vieron lo que sucedía, que el rey había perdonado diez mil talentos, una cantidad de plata increíble; sin embargo este hombre no sabe perdonar, no sabe extender ese perdón. Cuando nosotros vamos y damos justicia la Biblia dice “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos también alcanzarán misericordia”. La gente ve lo que está ocurriendo y no se quedan callados, van con el rey y le dicen: mira aquel hombre al cual tú le hiciste misericordia, aquel hombre al cual tú le perdonaste una deuda tan grande, no pudo actuar con misericordia y todo lo que aquel hombre había alcanzado, todo el perdón que había recibido, el amor, la misericordia, todo lo perdió, no porque el rey fuera malo sino por ver el actuar de aquel hombre. Algunas personas dicen “este mundo está así, porque Dios es un Dios malo” “este mundo está así, porque Dios lo permite” Pues déjeme decirle que nuestro Dios es un Dios misericordioso, tenemos a un Dios bondadoso, un Dios que quiere darnos ayuda, quiere bendecirnos; pero muchas veces somos nosotros mismos los que tomamos malas decisiones y actuamos incorrectamente.
La Biblia dice en Salmos 41: 1-2
1 Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.
2 Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
Cuando nosotros intervenimos por otros, cuando le damos voz al que no puede tenerla, cuando intercedemos por aquellos que no están bien, y clamamos delante de Dios por alguien, le estamos dando voz a una persona y el Señor se glorifica a través de lo que usted intercede por esa persona. Dios tiene misericordia de cada uno de nosotros y Dios ha sido tan bueno y tenemos que aprender de esta parábola, de los dos deudores, tenemos que aprender que el Señor nos ha dado misericordia.
En el versículo 33 siempre de Mateo 18 dice:
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?
Entonces su Señor entro enojado. ¿Quiere usted ver a un Dios enojado? no tenga misericordia. ¿Quiere usted entristecer y enojar el corazón de Dios? no tenga misericordia; pero ¿Quiere usted bendecir el corazón de Dios? ¿Quiere usted darle lo mejor a Dios? Adelante, le aseguro que Dios se va a glorificar en su vida cuando usted muestre misericordia, cuando usted muestre lo que Dios le ha dado, cuando usted sea perdonador; perdonar es perder y es donar.
A veces nos perdemos y decimos “yo te perdono, pero no lo olvido” ¡No! usted tiene que perdonar y olvidar, sabe que cuando usted da perdón, es usted el primero que se libera de esa carga, quita de usted eso que lo está lastimando, que lo está hiriendo.
Quiero concluir con unos principios que nos enseñarán lo que Dios quiere y tiene para nosotros.
Cuando perdonamos es porque Dios nos ha perdonado, el perdón está condicionado a la voluntad de la persona, que quiere decir esto, Dios jamás nos va a torcer el brazo para que perdonemos a alguien más, Él nos dice: Yo quiero que tú perdones, yo quiero que tú estés bien conmigo; Esta parábola inicia diciendo que el Señor mandó a llamar a sus siervos y quería estar a cuentas.
En Isaías capítulo 1, habla el mismo principio, venid luego y estemos a cuentas; por eso el perdón está condicionado a mi persona, usted dirá ¿cómo yo voy a tener ese poder de perdonar si eso sólo le compete a Dios? pero imagínense que Dios nos da a nosotros la facultad de perdonar, que regalo más grande tenemos nosotros que podemos perdonar y no crear una raíz de amargura.
¿Cómo está eso que yo puedo perder lo que Dios me ha dado?
¿Cómo está eso que yo puedo perder el perdón si Dios es un Dios bueno y maravilloso?
Mateo 6:12 dice
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
No podemos exigirle a Dios que nos perdone, si nosotros no sabemos tener esa misericordia y perdonar, debemos entregarle todo al Señor.
Estos son principios de vida Cristiana, principios que nos deben hacer ver y reconocer lo que Dios tiene para cada uno de nosotros. Si nos preguntamos ¿Por qué yo no puedo prosperar en mi vida emocional? ¿En una relación? ¿Por qué yo no puedo tener amigos? ¿Mantener un trabajo? Porque muchas veces esa falta de perdón a hecho raíces en nuestro corazón y hacemos que cada cosa nos lastime cada vez más y más. Se puede perder el perdón de Dios por causa de un corazón amargado, porque esto no permite que la presencia del Espíritu Santo entre a nuestras vidas.
Gálatas 5: 22-23 dice
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Pero si un corazón está lleno de raíces de amargura, de dolor, de falta de perdón, se va a quedar ahí. No podemos tener nada en nuestro corazón que no sea la perfecta voluntad de Dios.
Mateo 6:12 dice
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
La verdadera razón del perdón que nosotros otorgamos es porque hemos sido perdonados por Dios.
Mateo 11:28 dice
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Es una palabra que nos refresca, que nos insta. Imagínense usted por un momento si Jesús no nos hubiera perdonado, si Él hubiera creído que no merecíamos por todo lo que le hicimos, porque nosotros representábamos el pecado que Él vino a quitar del mundo. Cuando usted y yo queremos reconocer la voluntad de Dios, somos perdonados, restaurados. Esta parábola nos enseña que no hay pecado grande ni pequeño, que el Señor tiene misericordia de cada uno de nosotros.
En el mismo versículo de Mateo 6:12
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Nosotros perdonamos para ser perdonados. No deje que nada le arrebate ese regalo de salvación que Dios tiene para usted y aprenda a dar ese perdón, una vez que hemos sido perdonados tenemos el corazón para perdonar, tenemos el corazón para dar, no dejemos que nada ni nadie nos robe esa paz, y lo que no podemos controlar, El Espíritu Santo nos guiará a toda verdad. El Señor quiere darnos el regalo del perdón, y aquel al que mucho se le perdona, mucho ama. Deje todo pensamiento de dolor y rencor, piense todo lo que nuestro Dios le ha perdonado.
Tenemos el control de perdonar, creamos una consciencia de responsabilidad, agradezcamos al Señor, porque Él nos ha perdonado.
Si usted no conoce al Señor Jesucristo y quiere recibirle en su corazón como su Único y suficiente Salvador, o se ha alejado de Él y quiere recibir el perdón que solo Dios puede dar y tener una vida de paz que el mundo no puede dar, solo nuestro Dios; “Escribanos”, Póngase en contacto con nosotros, Él está siempre con los brazos abiertos para recibirle y brindarle ese amor incondicional.
¡Dios le Bendiga!
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